El gesto arquitectónico es la idea o el concepto que da vida a un espacio o una construcción. Para que esta idea se haga real, trabajan juntos el arquitecto, que crea y diseña pensando en cómo será el espacio y qué sensación debe transmitir, y el ingeniero, que se encarga de que la estructura sea segura y funcional. Ambos tienen roles diferentes pero trabajan en equipo para que el proyecto funcione bien. La arquitectura no es solo hacer edificios bonitos, sino crear espacios que tengan sentido y hagan sentir bien. Por ejemplo, la Villa Savoye de Le Corbusier es una casa funcional y ligera que se conecta con el paisaje. Otra obra es Fallingwater de Frank Lloyd Wright, construida sobre una cascada, que integra la casa con la naturaleza sin dañarla. Estos ejemplos muestran cómo la arquitectura puede ser práctica, expresiva y respetuosa con su entorno. Además del diseño, una construcción debe ser funcional; es decir, útil y...