La estructura arquitectónica no se trata solo de los materiales físicos como concreto, madera, metal o cristal. También incluye los espacios vacíos que esos materiales no ocupan, pero que enmarcan y definen el espacio. Los componentes físicos forman el sistema material, el espacio positivo que podemos tocar y percibir de manera concreta. En contraposición, los espacios vacíos constituyen el sistema espacial o espacio negativo, aquellos que podemos ver debido a que permiten el paso de luz y sombra, y que están delimitados por lo físico. Ambos sistemas, el material y el espacial, son diseñados y manipulados para crear una composición que provoque reacciones emocionales o direccionales en quienes experimentan ese lugar. Cuando uno entra a una estructura, lo que primero se percibe son los elementos concretos que la conforman: sillas, paredes, escritorios, pisos o ventanas. Estos forman el espacio positivo en el que nos movemos y que delimita e...